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1.- LIMPIEZA
Hablemos de la Limpieza. Nuestra piel es un órgano vivo con su propio ecosistema cutáneo y debemos evitar poner en peligro su equilibrio. Mediante la limpieza periódica podemos ayudarle a eliminar todas las impurezas acumuladas a consecuencia de la polución, el polvo, el maquillaje, las células muertas, las secreciones sebáceas, etc…
La limpieza se debe realizar dos veces al día. Una por la mañana y otra por la noche.
Por la mañana: es el momento de eliminar todas las secreciones e impurezas que se generan durante la noche y dejar la piel preparada para recibir el tratamiento que la protegerá durante el día.
Por la noche: limpiamos la piel de todo lo acumulado durante el día debido a su exposición medioambiental y dejamos la piel lista para recibir el tratamiento que le dé de comer durante la noche. La noche ayuda a la piel a regenerarse debido a la oscuridad y a que la persona está relajada. Es el momento idóneo para ponernos los tratamientos específicos.
Se debe utilizar un producto limpiador que respete el equilibrio de la piel. En el mercado existen cientos de texturas y marcas. Tenemos productos en gel o líquidos que al contacto con el agua se convierten en espuma, tenemos textura mouse, leche, jabones, cremas. Además de ser productos que ayuden con la hidratación, que sean purificantes, que ayuden con los radicales libres, etc… Debemos elegir una textura y formulación adecuados a nuestro tipo de piel, su necesidad y nuestro gusto.
Es muy importante saber si nuestra piel es grasa, mixta, sensible o seca a la hora de seleccionar el tratamiento de limpieza. Por ejemplo, utilizar un jabón inadecuado para limpiar una piel grasa, puede ser contraproducente, pues se puede experimentar una sensación agradable al principio debido a su acción astringente, pero después puede que se genera doble grasa. Primero nos quitará los brillos pero después tendremos el doble de ellos 🙁
Utilizaremos un producto para toda la cara (evitando el contorno de ojos) y otro producto específico (si es bifásico, mejor) para el contorno de ojos.
Los productos específicos para limpiar el contorno de los ojos hidratan y nutren además de fortalecer las pestañas. Estos productos están testados oftalmológicamente y dermatológicamente. (La piel del contorno de ojos es muy delicada, pero eso lo explicaré en otro post).
Yo personalmente no me limpio el contorno si no me he maquillado los ojos. Normalmente me limpio la cara evitando el contorno y al retirar el limpiador con agua templada, me llevo los restos que haya podido generar la piel del contorno de ojos.
La imagen siguiente ilustra los movimientos que debemos realizar cuando nos limpiamos el rostro.
Después de la limpieza, aunque haya sido con un producto adecuado, la piel siempre se queda un poco “asustada” para devolverle a su estado normal utilizaremos un tónico. El tónico da una sensación de frescor y confort que reconforta nuestra piel y la deja lista para recibir el tratamiento posterior.
Además los tónicos pueden tener diferentes propiedades: hidratantes (que suavizan), reafirmantes, regenerantes, purificantes (que calman), exfoliantes, etc.. y actúan como un refuerzo o un complemento de nuestro tratamiento. Por ejemplo: si lo necesitamos, nuestro tónico de por las mañanas podría ser hidratante y el de por las noches regenerante.
Cómo aplicar el tónico: Se puede utilizar un algodón para aplicar el tónico, pero el algodón absorbe mucho producto y encima puede irritar nuestra piel, así que no pasa nada si aplicamos el tónico con las manos dando unas palmaditas en la cara, como hacen los chicos con el after shave.
Ahora, si tenemos un tónico con propiedades exfoliantes, sí que hay que utilizar el algodón, para poder llevarse los restos.
Espero haber dejado claro por qué es necesario Limpiar y Reconfortar antes de aplicar el tratamiento específico a nuestra piel. ¡Hasta el próximo capítulo!
Gracias, me alegro que te haya servido de ayuda 🙂
Muchas gracias, Lanena, este post da una información muy útil (sobre todo lo de los circulitos para aplicar el producto)